Tablatura vs Partitura

Unos conocen una. Otros conocen ambas. Normalmente los guitarristas tienen argumentos muy fuertes sobre cuál es mejor que la otra. Lo bueno es que las dos, como lenguajes escritos, son altamente conocidas sin importar cuál sea tu idioma hablado. En ningún momento de la historia la música había sido tan accesible para ser leída. Así que es un buen momento para aprender algo nuevo y, sin importar el método que utilices normalmente, seguro te llevarás algo bueno.


Empecemos con la tablatura. Comenzó a mediados del siglo XIV para instrumentos con trastes y cuerdas hechas con intestinos de cabra. Si eras músico en ese entonces significaba que trabajabas para la nobleza y la iglesia, o mendigabas en las calles. Si tenías suerte y eras buen músico, trabajabas para el rey. Si la hermana de la reina llegaba a visitar de Francia, se te comisionaba escribir una canción para ella. Esta composición la harías con cualquiera que fuese el instrumento que tocabas (un laúd era una opción) y, como eras buen músico, la escribías para no olvidarla. Y la escribías en tablatura. Todavía existen tablaturas antiguas de laúd, aunque no era muy aceptada la manera en la que se escribía, por lo que muchos expertos a la fecha no saben el significado exacto de muchos símbolos de esas tablaturas. Sin embargo, algo que sí tenían claro eran las notaciones rítmicas en partituras, lo que permitía al músico replicar la composición y enseñarla a otros.

Más tarde (470 años más tarde), las revistas de guitarra comenzaron a popularizar las tablaturas. Esto porque se dieron cuenta que los guitarristas eran muy malos para leer la notación de las partituras ya que normalmente aprendían por oído o imitación. Así que comenzaron a publicar las lecciones y canciones en partitura y tablatura, enseñándole al público lo fácil que era leer tablatura. Comenzaron a usar símbolos que no existían en partituras para técnicas como bending, slides, hammer-ons, pull-offs, etc. Después de un tiempo, muchas revistas dejaron atrás la partitura para dedicarse de lleno a la tablatura. Es más rápido, toma en cuenta la posición de la guitarra en la que se tocan las notas, y hace que el lector se olvide de bemoles, sostenidos o los nombres de las notas por copmleto. Durante años, los guitarristas habían tenido que aprender canciones usando diagramas de acordes. La tablatura es una extensión de eso. Si suena como la canción, lo estás tocando bien

La partitura es un punto y aparte. Como la tablatura, la notación es muy vieja. No hubo una manera estandarizada para escribir hasta mediados del siglo XVIII, y aún así, muchos lectores contemporáneos han tenido problemas para leer manuscritos de la mano del mismo Bach. Evolucionó con el tiempo y se convirtió en las líneas y puntos que conocemos hoy. Muchos libros de música hasta finales de los 80′s (incluso libros de guitarra) se escribían únicamente en partitura, por lo que el intérprete debía probar la música en varias posiciones a menos que el autor dejara notas específicas. Si aprendías dos líneas de música y llegabas a una nota o acorde que podría ser tocado más fácilmente en otra posición, probablemente tendrías que volver a aprender las dos primeras líneas en una nueva posición. Leer notas consiste en ver la nota, identificar su nombre, y luego encontrar un lugar en la guitarra para tocarla, usando el ritmo correcto. Es frustrante para algunos, pero como cualquier cosa, se va haciendo fácil con la práctica.

Parecería que la tablatura gana este duelo, pero no hay que apresurarnos. Ya sabemos que la tablatura (sobre todo en Internet) no marca ritmos para nada. Así que a menos que tengas una muy buena memoria de la canción que quieres aprender, deberás tener una copia de la canción para escucharla mientras lees la tablatura. Por otro lado la tablatura es el ganador absoluto en disponibilidad en línea (1000 tablaturas o más por cada partitura que existe), aunque muchas de esas tablaturas están incompletas, mal elaboradas o simplemente no se escucha como la canción. Por lo que debemos depender de oído (o con nuestros ojos, si se trata de un video en Youtube) para poder sacar la canción.

La partitura sin embargo nos falla en varios aspectos también. Aunque la tablatura es muy popular, pocos maestros la enseñan, y el lenguaje musical escrito no está evolucionando al ritmo en que el número de técnicas de guitarra aumentan. La partitura se escribe una octava sobre el tono de la guitarra, que puede ser confuso al componer para guitarra y otros instrumentos. Parece que todo está más adecuado para un cornista que para un guitarrista que sólo quiere rockear. Y la verdad es que muchos guitarristas profesionales nunca se encuentran en la situación de requerir una partitura para leer, ya sea en el estudio o en vivo. Sí se llega a utilizar para teatro y algunos estudios, pero la mayoría de las situaciones profesionales sólo requieren de buen oído y buenos instintos. ¿Entonces por qué aprenderla?

Para empezar, transcribe ritmos, cosa que la tablatura no hace. Además da una imagen completa de la canción, no sólo números. Ayuda a comunicarse con otros músicos, ya que para un tecladista o un saxofonista (que la saben leer mucho mejor que un guitarrista ajeno a la notación) la tablatura no sirve para nada. Aprender a leer partitura nos ayuda a entender mejor nuestro mundo musical, que se traduce en descubrir relaciones entre acordes, escalas y los bonitos arpegios que practicas. Imagina cómo sería tu mundo si no pudieras leer palabras. En música, no entender la notación básica de una partitura nos deja fuera de un universo musical muy completo, además de ayudarnos a salir un de nuestro mundo de música centrada en la guitarra.

Si quieres escribir algo para que otros músicos lo puedan interpretar, debes hablar su lenguaje. Y no es tan difícil de aprender.

La tablatura es excelente porque es fácil y muy rápida. Nos dice a dónde tenemos que llegar sin rodeos, y podemos aprender la manera exacta en la que el artista interpreta algo.

Algunas revistas como Guitar World, tratan de combinar la rítmica con la tablatura, pero termina resultando más confuso. La mayoría de revistas y cancioneros hoy en día usan ambas. Sin embargo, no ayuda cuando en entrevistas a artistas se proclama con orgullo la ignorancia de su mundo musical. Los grandes guitarristas son buenos “a pesar de” su ignorancia musical, no son buenos “debido a”. ¿Por qué aspirar a ser un artista así cuando puedes ser aún mejor?

Lo que nos lleva a… ¿Quién gana entonces?

No es una respuesta fácil. Ambas tienen pésimas desventajas y enormes ventajas. Así que es mejor aprender ambas. Lo más seguro es que ya entiendas las tablaturas, así que tómate un verano y lee lo básico sobre partitura. Serás mejor guitarrista, y mejor aún, mejor músico. Como guitarristas necesitamos todas las habilidades que podamos obtener para competir en este mundo. Además, podremos leer mejor nuestros libros y revistas si podemos leer tanto partitura como tablatura. Bohemian Rhapsody tomará más sentido. De verdad.

¿Cuál gana? La que te guste más. ¿Pero cuál es la excusa para no aprender ambas?


Artículo extraido de Seymour Duncan en español

Posteado por : Robert Cantú